"En sus bodegones hay un conciliábulo de objetos náufragos, de objetos abandonados. Botellas vacías, periódicos desplegados, muros en los que grita la proclama de unas litografías o de unos recortes. Son objetos que dijéranse anclados en un extraño puerto, en una atmósfera densa, a la que Camilo Porta aprisiona con la media luz de sus coloraciones en sosiego; haciéndola casi táctil y cercana. Convirtiéndola en un elemento más –probablemente el fundamental- de estas sus naturalezas muertas, sencillamente bellas, tremendamente enigmáticas”
ANTONIO CORRAL CASTANEDO
(El Norte de Castilla)